Cada año me gusta hacer a los peques más partícipes de la organización y decoración del aula ya que esto se acerca más a la idea de comunidad y responsabilidad común con la que personalmente me identifico. Además, he podido observar como la participación activa desde el principio les ayuda a ser más respetuosos y cuidadosos con el orden y limpieza de NUESTRA clase (que es de todos y no solo de la seño).
Esta implicación se convierte también en una gran oportunidad de aprendizaje, ya que nos enfrentamos a nuevos retos que nos obligan a esforzarnos por encontrar soluciones adecuadas para sacarlos adelante.
En este caso compré dos artículos de ikea: la estantería de jueguetes y la tienda, que son un recurso barato y muy recurrente para niños y niñas de esta edad. Lo encontraron sin abrir en la asamblea una mañana al llegar y en seguida nos pusimos manos a la obra para montarlas y empezar a jugar.
Fue toda una aventura en la que el trabajo colaborativo fue esencial para lograr el maravilloso resultado final y aprendimos que a algunos nos cuesta más hacer unas cosas pero se nos da genial hacer otras, así que uniendo fuerzas conseguimos que salga adelante todo aquello que nos propongamos.
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