Hoy revisando fotos de cursos pasados, me encontré con ésta que me marcó mucho en aquel momento, ya que resaltaba la creatividad que tienen nuestros peques dentro, que muchas veces choca con lo que le quieren imponer los libros de texto.
D. era un niño de mi clase de 4 años, al que le encantaba dibujar, hacer figuras de plastilina, de barro... Un día, cuando fuí a corregirle la "tarea" me encontré con esto:
Al principio, le eché un vistazo rápido y estuve a un segundo de decirle que qué había hecho y por qué había pintorreado toda la hoja. Luego vi el tren... los raíles... y el viaje que D. había estado haciendo mientras realizaba su ficha. Por supuesto, sentí tanta curiosidad que no pude evitar preguntarle de qué se trataba... y no me quedó más remedio que felicitarle por su historia. Y sí, no había escrito nombre, ni fecha y se había salido bastante de lo que debía dibujar, pero.... ¿importaba eso? Yo creo que no.